por nuriaribeiro
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Para la deshidratación de tu cabello: Higo de Barbaria

Hoy vengo a hablaros sobre el cabello deshidratado, que a veces es difícil de identificar porque no carece de lípidos y puede volverse graso, y otras veces se confunde con un cabello seco. Pero tener un cabello deshidratado o tener un cabello seco, son dos problemas capilares muy diferentes:

  • El cabello deshidratado carece principalmente de agua. Se encrespa, es opaco y puede presentar electricidad. Suele deberse a una vaina capilar debilitada, con cutículas desprendidas que permiten la salida del agua contenida en el cabello.
  • El cabello seco carece principalmente de lípidos. Es quebradizo y áspero, lo que da al cabello un aspecto frágil. Suele deberse a una producción de sebo insuficiente o a una exposición excesiva a agresiones externas.

cabello deshidratado

El cabello deshidratado se puede reconocer por su falta de brillo y su aspecto apagado. Por ello, necesita que aportemos agua a su fibra capilar y que reafirmemos las cutículas para evitar que esa agua se evapore. Por otro lado, la falta de hidratación del cuero cabelludo se debe a una alteración de la barrera cutánea, que provoca una deshidratación caracterizada por la falta de flexibilidad y sensación de tirantez o malestar. La diferencia con un cuero cabelludo seco, es que al cuero cabelludo seco le falta nutrición.

Laboratorios Klorane acaba de lanzar su gama de productos capilares al Higo de Barbaria para cabellos deshidratados. El Higo de Barbaria es originario de Mexico, pero desde entonces se ha extendido a varias partes del mundo, como el Mediterráneo, Australia y Sudáfrica. Es una planta medicinal de la familia de los cactus, capaz de sobrevivir de forma natural en los desiertos más áridos gracias a su capacidad para retener agua en el interior de sus tallos. Es eficaz para hidratar de forma activa el cabello y el cuero cabelludo gracias a su doble acción:

  • Retiene el agua en el corazón de la fibra.
  • Crea un escudo de hidratación en la superficie.

El resultado es un cabello hidratado, brillante y con un aspecto sano.

Higo de Barbaria

SI tienes un cabello deshidratado, puedes incluir alguno de sus productos en tu rutina capilar diaria:

  • Champú (lo tienes en tamaño de 400 ml o de 200 ml) para hidratar tu cabello en cada lavado y revelar su brillo.
  • Acondicionador para potenciar el brillo de tu cabello y desenredarlo.
  • Mascarilla para hidratar el corazón de la fibra e iluminar el cabello.
  • Sérum (sin aclarado) para proteger el cabello de las herramientas de calor (hasta 200º C) y para aplicar a diario como retoque para restaurar la hidratación y el brillo.

 

¿Has probado ya los productos capilares de Klorane al Higo de Barbaria?


por nuriaribeiro
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MENOPAUSIA SIN PAUSA (II)

¡Hola blogticarios!

Como os adelantaba en la publicación anterior, hoy hablaremos sobre otros de los síntomas que podéis sufrir durante la menopausia, además de los sofocos. También sobre los efectos secundarios que puede tener esta bajada de estrógenos a largo plazo, y cómo reducir su riesgo.

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Algunos problemas vaginales están asociados a la menopausia. La sequedad puede aumentar y empeorar, sobre todo si anteriormente ya sufrías de ella. Los bajos niveles de estrógenos provocan que el tejido vaginal se seque. El escozor, el picor y los dolores vaginales son desencadenantes de esta sequedad. El mejor alivio que te recomendamos es que utilices una hidratante vaginal. Mantendrá tu vagina lubricada y hará que tus coitos sean más placenteros. La higiene íntima debe ser muy rigurosa en este punto, y debes utilizar siempre productos especialmente diseñados para la zona genital femenina.

Otro síntoma que se puede desencadenar es la dificultad para dormir, con episodios de insomnio. Los sofocos tienen mucho que ver, están asociados a la transpiración. Comúnmente llamados: sudores nocturnos. Para aliviar este síntoma, lo mejor que podemos hacer es hacer ejercicio. Una actividad física regular es necesaria para cargar de actividad nuestro cuerpo durante el día y, por consiguiente, conseguir que llegue cansado a la noche. Practicar yoga o hacer estiramientos antes de dormir también se ha demostrado que influye de manera positiva.

Si fumabas o ingerías alcohol de manera regular antes de llegar a la menopausia, has de saber que ha llegado el momento de plantearse dejarlo definitivamente. Los efectos del tabaco y del alcohol son realmente dañinos para una mujer con menopausia. La cafeína puede ser también conflictiva. Sin embargo, tomar bebidas tibias antes de dormir (un vaso de leche o una infusión sin teína) puede ayudarte a conciliar mejor el sueño.

La incontinencia urinaria también es muy típica en mujeres con menopausia, esto se debe principalmente a que la falta de estrógenos debilita la uretra. La incontinencia nocturna también es uno de los factores que fomenta la ruptura del ritmo circadiano del sueño. Para aliviarlo, evita tomar muchos líquidos antes de acostarte, sobre todo si llevan cafeína. Los ejercicios de Kegel mejoran y fortalecen los músculos del suelo pélvico. Son muy útiles para tratar la incontinencia urinaria. Si aún no los realizabas, es bueno que los hagas, que un profesional (fisioterapeuta especializado) te instruya en cómo realizarlos correctamente.

Los cambios de humor, la depresión y la ansiedad se registran en la mayoría de las mujeres con menopausia. El grado de afectación depende de cada mujer. Es normal que te sientas irritable y tengas muchas veces ganas de llorar sin sentido. Esto es común que ocurra durante los períodos pre y pos menstruales, y ahora vuelve a ser común en los períodos premenopaúsicos y menopaúsicos. Es importante distinguir que no son lo mismo los cambios de humor repentinos, el cansancio y los arrebatos de llanto que la depresión. Para lograr aliviar estos síntomas, una de las mejores cosas que puedes hacer es respetar tus horas de sueño. Lo normal es dormir entre 6 y 8 horas, con la menopausia es recomendable dormir las 8 horas completas.

La ansiedad y la depresión son más propensos a producirse durante este período. Los cambios hormonales y los propios síntomas de la menopausia enfatizan en muchas mujeres el desarrollo de ansiedad y en el peor de los casos, de depresiones. La aceptación del peso de la edad, la falta de menstruación, la incapacidad para concebir hijos, los cambios en el físico… Todos son factores que llevan a muchas mujeres a entrar en períodos depresivos.

La manera de aliviar estas sensaciones, sobre todo las asociadas con la ansiedad son cambiar los hábitos de vida. Dormir más, como comentábamos antes, es crucial. El ejercicio físico y desterrar completamente los hábitos asociados al alcohol y al tabaco son casi imprescindibles para no caer en estos estados. En el caso de que sufras depresión, no dudes en acudir a tu médico.

La inapetencia sexual y las molestias durante el coito son otro de los posibles síntomas. Aquellas que los sufren, pueden aliviarse con lubricantes o tratamientos de hidratación vaginal. En el caso de que todos estos síntomas persistan, lo mejor es que acudas a tu médico para recibir consejo y tratamiento. Cada mujer es diferente y a ninguna nos afecta de igual manera la menopausia.

Como os comentaba antes, la disminución en el nivel de estrógenos se ha asociado con algunos efectos secundarios a largo plazo, que incluyen:

  • Pérdida ósea y osteoporosis en algunas mujeres.
  • Cambios en los niveles de colesterol y mayor riesgo de enfermedades del corazón

 

¿Cómo puedes reducir el riesgo de estos problemas a largo plazo?

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Existen dos tipos de terapias hormonales, aplicadas en función de los síntomas que se pretenda aliviar:

1.    Terapia hormonal sistémica: se utiliza de forma general para tratar los síntomas más molestos, como sofocos y sudoraciones, y prevenir los cambios duraderos que se producen en el organismo.

2.    Tratamientos locales: se prescriben especialmente para combatir las afecciones genitourinarias como la sequedad vaginal. En este caso, las hormonas se suministran en dosis bajas.

 

La menopausia también trae consigo una serie de cambios en tu piel. Pero esto te lo cuento en el próximo post 😉

 

 

Fuente: medlineplus.gov; www.vichy.es

 


por nuriaribeiro
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MENOPAUSIA SIN PAUSA (I)

La menopausia es la época de la vida de una mujer que se caracteriza por el cese de la actividad de los ovarios de manera progresiva y por la disminución de los niveles de hormonas. Ese cese progresivo termina desencadenando la desaparición de la menstruación. Suele ocurrir naturalmente, con mayor frecuencia después de los 45 años y afecta de manera diferente a cada mujer. Existen mujeres a las que se les retrasa y otras a las que se les adelanta. Cuando la menopausia empieza antes de los 40 años, hablamos de menopausia prematura. Y cuando se produce entre los 40 y los 45 aproximadamente, hablamos de menopausia precoz. Los periodos se presentan con menos frecuencia y eventualmente cesan. Algunas veces esto sucede de repente, por ejemplo, cuando la causa no es natural si no debida a tratamientos quirúrgicos, denominada menopausia quirúrgica, que ocasionan una disminución de estrógenos (por ejemplo, cuando se extirpan ambos ovarios) o cuando es por fármacos utilizados en quimioterapia u hormonoterapia para el cáncer de mama. Pero casi siempre, los periodos cesan lentamente con el tiempo.

Una mujer llega a la menopausia cuando no tiene un período menstrual durante un año. Esto se denomina postmenopausia. La menopausia comienza cuando los niveles de hormonas femeninas (estrógenos y progesterona) comienzan a disminuir provocando ciclos de menstruación más cortos. A medida que el cese de la actividad del ovario aumenta, vamos acercándonos más a la menopausia. Los menores niveles de estas hormonas causan los síntomas de menopausia.

Los síntomas varían de una mujer a otra. Pueden durar 5 o más años. Es posible que sean peores en algunas mujeres que en otras. En el caso de la menopausia quirúrgica, pueden ser más intensos y empezar más repentinamente.

En el ciclo previo a la menopausia, en la premenopausia, ya podemos empezar a notar algunos cambios en nuestro cuerpo. Nuestros períodos menstruales comienzan a ser irregulares y en esta fase, se han observado ya síntomas vasomotores, problemas de piel y sensación de sequedad en las mucosas. Se pueden empezar a experimentar molestias durante las relaciones sexuales. Estos síntomas son señales de que nos estamos acercando ineludiblemente a la menopausia.

Los síntomas más comunes de la menopausia incluyen:

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Algunos síntomas pueden requerir tratamiento. Es importante que tu médico conozca el historial médico de tu familia, por si existe riesgo de que puedas padecer enfermedades del corazón, osteoporosis o cáncer de mama.

Siguiendo con los síntomas y cómo mejorarlos, el más común de la menopausia y el que trataremos en este post, es el sofoco. Seguro que habéis escuchado hablar a familiares o amigas de ellos, o habéis visto alguna mujer abanicándose aunque no haga calor. Son sensaciones de calor repentinas que invaden todo nuestro cuerpo y no podemos explicar con exactitud de dónde vienen. A veces van acompañadas de rojeces en ciertas partes del cuerpo como espalda, pechos y brazos. Los sofocos pueden aliviarse con un estilo de vida sano.

Cuando las mujeres comienzan a entrar en la menopausia, es común que también experimenten cambios físicos. La progresiva pérdida de la capacidad de los ovarios para producir las hormonas afecta directamente al incremento de peso:

  1. Los estrógenos ayudan a metabolizar la grasa. Al descender sus niveles, quemar los lípidos se hace cada vez más difícil y tienden a acumularse.
  2. Asimismo, el descenso en la producción de la progesterona incide en una mayor retención de líquidos, también ligada al aumento de peso.

El metabolismo se ralentiza y el organismo necesita menos energía para mantenerse. De ahí que, ingiriendo cantidades similares a las de antes, parezca que engordamos más. La grasa tiene más facilidad de acumularse en esta etapa, por lo que realizar ejercicio físico a diario es una de las recomendaciones más populares entre los médicos. Si sufres de sobrepeso, es probable que los sofocos sean más fuertes y duren más. Lo primero que podrías notar es un cambio en tu figura. La distribución del tejido graso se modifica: en la etapa fértil, este se acumula principalmente en muslos y caderas. Al entrar en la menopausia, este tejido adiposo tiende a reubicarse en la zona abdominal y alrededor de nuestros órganos internos.

Además, el tejido muscular se modifica y pierde su tonificación. La musculatura no puede sostener la mayor concentración de grasa y tiende a caer, aumentando la flacidez.

El aumento de peso trae consigo otros problemas para la salud, como el mayor riesgo de padecer diabetes, enfermedades cardiovasculares, osteoporosis, osteoartritis, obesidad, deterioro cognitivo o depresión, entre otras. Como ves, son razones de peso para cuidar y controlar la báscula.

Los beneficios del ejercicio físico son de sobra conocidos para el organismo, pero cobran una importancia aún mayor durante esta etapa. Ejercitarte es la mejor opción que puedes tomar para mitigar la llegada o los efectos de estas dolencias. No es ya una cuestión de adelgazar, sino de mejorar tu condición física, algo que te ayudará a mantener la buena salud en el futuro. El ejercicio durante la menopausia te ayudará a:

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Los ejercicios más adecuados para las mujeres que han entrado en la menopausia son aquellos que aceleran el ritmo cardíaco. La intensidad en el deporte es clave para mejorar tu capacidad física. ¿Qué puedes hacer?

  • Encuentra un deporte que te guste y te haga sentir bien, así te lo tomarás como tiempo que te dedicas a ti misma, a cuidarte, y no como una obligación. Al final, te lo pedirá el cuerpo.
  • Intenta realizar sesiones de manera regular, por ejemplo, de 3 a 5 veces por semana.
  • Elige actividades en las que puedas combinar el esfuerzo aeróbico con actividades de fortalecimiento muscular e incremento de la flexibilidad.
  • Practica deporte acompañada te ayudará a mantener la regularidad y a fortalecer tus lazos sociales, ¡y es más divertido!
  • Utiliza pesas durante tu ejercicio físico. Te ayudará a mejorar el tono muscular prácticamente sin que te des cuenta.
  • Si notas que pierdes capacidades y que tu rendimiento físico empeora, no te abandones. Este será el momento en que más necesites ejercitarte.
  • ¡Evita el sedentarismo en tu vida! No siempre es necesario calzarse las zapatillas para hacer ejercicio, puedes subir las escaleras en lugar de coger el ascensor, intentar ir caminando en lugar de coger el transporte público o el coche, subir la compra a casa, pasar la aspiradora, pasear, bailar… ¡Todo cuenta!

    ¿No sabes con qué ejercicio empezar? Prueba con la bicicleta, natación, zumba, pilates o yoga. Muchas mujeres descubren en el deporte una nueva pasión al empezar a cuidarse tras la menopausia.

    Además del ejercicio, beber agua fría es bastante útil, así como poder quitarte capas de ropa para sobrellevar el momento. Acostúmbrate a anotar todos los sofocos que sufras e intenta asociarlos a tus hábitos de vida. Existen muchos alimentos que fomentan su desencadenamiento. Por ejemplo, los picantes. De igual manera, existen alimentos que lo alivian: las nueces pecanas, las semillas de girasol, el regaliz seco, los guisantes o las semillas de lino, son algunos de ellos.

    Establecer un método de actuación también puede venirnos bien, concentrarse ante un inminente sofoco y aprender a respirar lento y profundo es esencial para lograr estar calmada y relajada. Los sofocos se reciben mucho mejor si nos abordan tranquilas. Puedes considerar consultar con tu médico, la toma de hormonas o la ingesta de medicamentos que sirvan para paliar los efectos secundarios de los sofocos. Mareos, malestar, sentimiento de depresión…, entre otros.

¡Hasta aquí la publicación de hoy! Si te está interesando, en la parte II de este post, trataremos otros de los síntomas de la menopausia.

 

Fuente: medlineplus.gov; www.vichy.es