¡Ya llegó! Picor de nariz, estornudos, mocos (dicen que sangre alterada…), cansancio, fatiga, ¿y tú sin tus básicos de primavera? No te preocupes, desde La Blogtica podrás echar un ojo a “lo que se lleva”, para que estés informado sobre los posibles síntomas que te puedes encontrar en estas fechas.
Vitaminas y Jalea Real
Es un tema que siempre genera controversia, para algunos no es necesario, para otros sí. Se utilizan principalmente para combatir la famosa astenia primaveral. Esto consiste en una sensación de fatiga y debilidad generalizadas que aparece con la llegada del buen tiempo. No se considera una enfermedad, para mi es más bien como el síndrome postvacacional, que hay gente a la que le afecta más que a otra. Discurre con síntomas muy diversos: tristeza, tono vital bajo, falta de memoria, dolor de cabeza, trastornos del sueño y alteraciones del apetito, entre otros. Muchas veces, pueden deberse a otras enfermedades que se manifiestan de forma subclínica y que, por tanto, el paciente no sabe que las padece, como trastornos respiratorios y alergias. La sobrecarga laboral y una dieta desequilibrada también podrían estar detrás de esta “depre” primaveral.
En mi opinión, la fatiga puede deberse a que nuestro cuerpo debe adaptarse a las nuevas condiciones de luminosidad y de temperatura, a lo que hay que añadir cambios en la humedad y la presión atmosférica. Y parece mentira, pero la luz es un auténtico sincronizador de todos los ciclos que ocurren en nuestro cuerpo. Unas células especializadas que están en la retina se encargan de enviar información a una zona del cerebro que alberga el reloj que pone en hora los procesos que ocurren en nuestro cuerpo (ritmos circadianos). Es el núcleo supraquiasmático, que se encuentra en el hipotálamo. Así se desencadena una serie de cambios químicos que afectan sobre todo a la glándula pineal, que hacen que se libere serotonina, conocida como la hormona de la felicidad, mientras que se suprime la producción de melatonina, la hormona que controla la duración y el ritmo del sueño.
Contribuye también el cambio horario, que supone dormir una hora menos, desplazar la hora de las comidas, del trabajo y otras actividades. Quienes más notan el cambio de hora son los niños y los ancianos. En todo caso, la fatiga que conlleva y el malestar anímico asociado sería un trastorno temporal que nos duraría un máximo de dos semanas. Pero está claro que hay personas que se adaptan más rápidamente que otras, y aunque llevando una dieta sana y equilibrada, rica en verduras, frutas y cereales, no serían necesarias las vitaminas (a no ser que se padezca alguna otra patología, como puede ser una anemia), con el ritmo de vida que llevamos, muchas veces sí conviene este aporte energético para ayudarnos con el cambio. Esto puede ser mediante la toma de un complejo vitamínico (suelen ser bastante completos, con un amplio grupo de vitaminas y minerales) o de jalea real.
Otras medidas que pueden servirnos de ayuda para combatir la astenia:
La combinación de la llegada de la primavera con otras patologías sí que puede llegar a ser un cóctel que conduzca al desánimo. La que más, la alergia al polen. Entre un 20% y un 25% de la población sufre rinitis alérgica, según datos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). La inflamación que provoca no solo se traduce en un malestar general que puede hacer que se duerma mal, que se esté más irritable y, en definitiva, que se sienta más fatiga y desmotivación.
Existe alergia cuando el sistema inmunitario reacciona con una intensidad desproporcionada ante sustancias inofensivas. La intensidad de una reacción alérgica puede variar a lo largo de la vida. A menudo se reduce la capacidad de reacción del sistema inmunitario con la edad y la reacción alérgica se debilita.
Las gramíneas de crecimiento espontáneo tal como el Trisetum, Dactylis y otras muchas más (malas hierbas que crecen en los bordes de las carreteras, campos de cultivo, descampados, praderas, etc) resultan ser la causa más importante de polinosis. Esta primavera se prevee unos 5600 granos/m3 de aire, muy parecido a la primavera pasada. La sensibilización a gramíneas es dominante en el Centro y Norte de la Península a excepción del litoral Mediterráneo, donde por el contrario la Parietaria judaica (una maleza) relega a las gramíneas a un segundo lugar. Igual ocurre con la Olea (olivo) en el sur de España, en aquellas áreas con extensas superficie de olivares, tales como Jaén, Córdoba o Granada, donde este polen resulta ser la principal causa de polinosis los meses de mayo y junio, ocupando las gramíneas un segundo puesto. También las cupresáceas alcanzan notable relevancia de enero a marzo, y el plátano de sombra en próximas fechas y de forma cada vez más destacada en las grandes ciudades.
Clásicamente la alergia primaveral hace referencia de manera exclusiva a los pólenes, sin embargo, cada vez alcanza mayor relevancia la alergia a la Alternaria, un hongo que también se encuentra en las plantas, y que afecta al 15% de la población. La sensibilización a la Alternaria se asocia de manera muy estrecha al asma bronquial y a la rinoconjuntivitis, y afecta más a los niños que a los adultos.
La mayoría de los alérgicos a este hongo también lo son a pólenes, pero la presencia de asma es superior en este grupo de pacientes, 67% en alergia a Alternaria frente al 40% en alérgicos a gramíneas.
¿Cuáles son los principales síntomas de esta exposición y cómo tratarlos?
Rinitis: irritación e inflamación del interior de la nariz que ocasiona obstrucción nasal, estornudos, mocos y picor de nariz. Los irritantes ambientales (humo, olores…)la agravan. El tratamiento se basa en evitar la causa de la alergia, y en algunos casos está indicado el tratamiento con vacunas antialérgicas. Los síntomas se suelen tratar con antihistamínicos como Loratadina, Cetirizina, Desloratadina (Aerius), Bilastina (Bilaxten)… Producen vasoconstricción, disminuyen la permeabilidad vascular, el enrojecimiento y el edema. Mitigan el enrojecimiento y picor ocular, congestión y picor nasal, y provocan un ligero efecto broncodilatador. También se utilizan antiinflamatorios nasales, habitualmente derivados de la cortisona en dosis bajas: Fluticasona (Rinosone), Mometasona (Nasonex),… u otros como las Azelastina (Afluon).Reducen el estornudo, la vasodilatación nasal e indirectamente la secreción de mucosa.
Asma: estrechamiento e inflamación de los bronquios. Los síntomas más frecuentes son tos irritativa, pitos en el pecho, opresión torácica y ahogo. Algunos factores agravantes son: humos (tabaco), infecciones, olores, frío y estrés. El tratamiento específico del asma alérgica consiste en evitar la causa y sólo en algunos casos muy seleccionados se podrían administrar vacunas antialérgicas.
Conjuntivitis: irritación o inflamación que afecta a los dos ojos. Los síntomas habituales son picor ocular intenso, lagrimeo, enrojecimiento ocular e hinchazón de los párpados. El tratamiento consiste en evitar la causa y el uso de antihistamínicos y /o combinados con desinflamantes suaves (cromonas).
Medidas a tener en cuenta:
Por último, comentaros una aplicación gratuita para smartphones, que os puede servir de ayuda a los alérgicos para conocer los niveles ambientales de los pólenes que producen alergia de forma más frecuente. Se llama AlertaPolen, es personalizable de acuerdo a los intereses del usuario (tipos de polen a los que es sensible, localidades, niveles de sensibilidad, etc). Además permite establecer alarmas visuales y sonoras para apoyar la previsión de los síntomas. La información está avalada por los centros que forman la red de medidas del Comité de Aerobiología de la SEAIC y la van actualizando con frecuencia, es bastante fiable.
Que paséis buena semana, a ver si nos vamos despidiendo del abrigo, y ¡que no os falte de nada esta temporada!