Hoy vengo con la duda existencial para muchos de mis amigos. ¿Qué tomo si tengo resaca? ¿Paracetamol o ibuprofeno? Alguno puede relacionar el tema con la fecha, pura casualidad.
A pesar del spoiler en el título del post, voy a ver si os puedo aclarar un poco el dilema, y que podáis diferenciar entre estos dos medicamentos, tan comúnmente usados y muchas veces indistintamente o de forma errónea.
La duda viene porque uno de los síntomas más agobiantes que suele presentarse cuando se tiene resaca es el dolor de cabeza. No se sabe muy bien por qué se produce este síntoma, pero supuestamente es consecuencia de la dilatación de los vasos sanguíneos, una bajada de azúcar (glucosa) en la sangre, y por deshidratación de las meninges. Todo ello atribuido principalmente a los productos de degradación del alcohol, que son mayores cuando éste no es de buena calidad. Estas sustancias residuales que se generan simultáneamente al proceso de obtención del alcohol, son llamadas congéneres y son sobre todo el metanol, la histamina, el acetaldehido y diversos polifenoles. Al descomponerse producen además diversas sustancias también tóxicas responsables de los síntomas. Están en mayor proporción en las bebidas alcohólicas menos destiladas y de color más oscuro, por ello serán las que mayor resaca producen, en especial las de naturaleza vínica (brandy, oporto, moscatel, vino tinto) y los whiskies.
El proceso de oxidación de etanol implica al menos tres vías enzimáticas distintas. La vía más significativa, responsable del mayor metabolismo de etanol, es la iniciada por la alcohol deshidrogenasa. Un 5-10% del etanol ingerido se elimina por vía respiratoria, orina y sudor. Aproximadamente el 70-80% se absorbe a través del intestino delgado, el resto por el intestino grueso y estómago, y en cantidades muy pequeñas en boca y esófago. El principal órgano de metabolización del alcohol es el hígado, que es dónde tiene lugar la fase más importante de su metabolización. La molécula que nos produce la toxicidad (y el daño hepático debido a su acumulación) es el acetaldehído y la enzima encargada de metabolizarla es la alcohol deshidrogenasa. Si saturamos o hay más cantidad de acetaldehído de lo que la alcohol deshidrogenasa puede metabolizar, es cuando comenzarán los síntomas de resaca.
La resaca afecta normalmente más a las mujeres que a los hombres, porque el hígado de los hombres procesa y descompone con más eficacia y rapidez el alcohol y los congéneres. Esto es debido a que por lo general, los hombres tienen una mayor proporción de alcohol deshidrogenasa y la enzima es más activa en los hombres que en las mujeres, por eso es habitual que la tolerancia al alcohol sea menor en mujeres. Mezclar bebidas alcohólicas distintas podría dar lugar a mayor número de congéneres y por lo tanto provocar mayores síntomas de resaca, pero no está demostrado.
Lógicamente lo ideal sería, y desde La Blogtica recomendamos esta opción, no consumir bebidas alcohólicas o hacerlo en cantidades mínimas que nuestro organismo pueda procesar sin mayores dificultades. Algunas alternativas son:
– Comer (preferiblemente alimentos ricos en grasa) previamente al consumo de alcohol. Así la irritación de la mucosa gastrointestinal es menor porque absorbemos el alcohol más lentamente y aminoramos los síntomas estomacales (dolor de estómago, diarrea). Además se generan menos elementos tóxicos si el aparato digestivo está lleno, por eso sienta mucho mejor beber si a la vez estamos comiendo algo. Y es una de las razones por las que te apetece el bocata de vuelta a casa después de una noche de juerga, o te da por atracar la nevera nada más llegar.
– Tomar líquidos como agua o zumos, antes y después de ingerir alcohol para evitar la deshidratación. El alcohol es diurético, provoca que segreguemos menos hormonas antidiuréticas, que los riñones reabsorban menos liquido y que por tanto aumentemos la producción de orina. Al final eliminamos más líquido del que ingerimos, produciendo la consecuente deshidratación que, a su vez, nos provocará cansancio y sed.
– Tomar vitamina B6 (1200 mg divididos en tres tomas, antes, durante y después de beber) puede ser eficaz para aminorar los síntomas de la resaca.
Al día siguiente es bueno tomar alimentos ricos en carbohidratos y zumos (de hecho suele apetecer), porque la fatiga que tenemos suele ser causada por la disminución de azúcar en sangre que provoca el alcohol, y de esta manera intentamos volver a elevarlo.
Muchas personas tratan de apaciguar la resaca ingiriendo más alcohol como tratamiento (“Tómate una cerveza, ya verás cómo se te pasa”) Esto puede ayudar a los síntomas inmediatos, pero es un error, lo único que pude hacer es prolongar el estado de embriaguez y cuando pasan los efectos los síntomas tienden a regresar con mayor gravedad, especialmente el dolor de cabeza.
Tanto el paracetamol como el ibuprofeno, están indicados para el tratamiento sintomático del dolor (de intensidad leve a moderada) tales como: cefalea, dismenorrea, dolor osteomuscular, dolor de garganta, etc. Así como para el tratamiento sintomático de estados febriles. El ibuprofeno además se utiliza en artritis reumatoide y artrosis. Veamos un poco sus diferencias:
El PARACETAMOL es un derivado del para-aminofenol, con actividad analgésica y antipirética, cuya potencia es similar al ácido acetilsalicílico. Los efectos son máximos a las 1-3 h y se prolongan durante 3-4 h.
Ventajas que tiene frente al ibuprofeno u otros antiinflamatorios no esteroideos (AINE) es que no inhibe la síntesis de prostaglandinas a nivel gástrico, sino que parece aumentarla, por lo que no da lugar a efectos gastrolesivos. Tampoco tiene efectos antiagregantes plaquetarios, no afecta per se a la coagulación sanguínea, motivo por el cual se emplea como fármaco analgésico de elección en pacientes tratados con anticoagulantes orales.
Inconvenientes: No presenta una actividad antiinflamatoria apreciable. Durante el metabolismo hepático del paracetamol se generan compuestos hepatotóxicos como la N-acetil-benzoquinona imina. Este compuesto se produce en pequeñas cantidades a través del citocromo P450, ruta minoritaria para el paracetamol. Sin embargo, a altas dosis de paracetamol, puede producirse saturación de las rutas fundamentales (glucurono y sulfatoconjugación), aumentando el papel de este citocromo, y la consecuente producción de benzoquinona. Esta sustancia se detoxifica rápidamente con gasto de glutatión reducido, transformándose en cisteína y ácido mercaptúrico, eliminándose por orina. Si la producción de benzoquinona es excesiva, se produce una depleción de glutatión en el hepatocito, y el consiguiente daño celular, que podría dar lugar a toxicidad potencialmente mortal. Esta hepatotoxicidad es una reacción adversa retardada, los síntomas suelen aparecer a los dos días de la sobredosis y son máximos a los 4-6 días.
En general el paracetamol no debería usarse más de 10 días sin recomendación médica, y siempre que persistan los síntomas que motivaron su empleo. No se aconseja superar las dosis diarias recomendadas de 4g en adultos o 60 mg/kg en niños. Se recomienda evitar la administración conjunta con otros fármacos hepatotóxicos, así como con alcohol. Su administración junto con AINE o salicilatos a altas dosis podría incrementar el riesgo de daño renal.
Se puede tomar con o sin alimentos. La administración sin alimentos acelera los efectos analgésicos, pero no su intensidad. Suele ser bien tolerado y sus reacciones adversas son raras.
El IBUPROFENO es un derivado del ácido propiónico, con actividad analgésica, antiinflamatoria y antipirética. Esta actividad antiinflamatoria ya es una ventaja frente al paracetamol, ya que su eficacia es mayor. El tiempo máximo de absorción (Tmáx) es de 1-3 horas en función de la forma farmacéutica (47 min suspensión, 120 min comprimidos). Se recomienda usar con precaución, empleando la dosis eficaz más baja posible.
Inconvenientes: Los ancianos parecen ser más susceptibles a los efectos adversos de los AINE. El riesgo de padecer enfermedad ulcerosa grave está incrementado en mayores de 65 años, y parece ser dosis-dependiente. Además pueden causar retención de líquidos, pudiendo producir complicaciones cardiovasculares y reducción de la eficacia de los tratamientos antihipertensivos. Puede producir erupciones cutáneas, úlcera gastroduodenal, aumento de peso, alteraciones visuales, edema, reacciones asmáticas. Presenta efectos antiagregantes plaquetarios, aunque menos potentes y agresivos que el del ácido acetilsalicílico, puede aumentar el tiempo de hemorragia.
¿Por qué el Espidifen o presentaciones que presentan esta combinación Ibuprofeno (arginina) me hacen más efecto?
No es que hagan más efecto, sino que el efecto es más rápido. Las sales de arginina y lisina favorecen la solubilización del ibuprofeno, por lo que se absorbe aún más rápidamente, con una Tmáx de 20-30 min.
Los alimentos no afectan a la cantidad total absorbida, pero retrasan la absorción oral de 30-60 min. De todas formas, se recomienda tomar el medicamento con las comidas o con leche, para reducir las posibles molestias de estómago.
Conclusión: Descartamos el paracetamol por su posible daño hepático en combinación con el alcohol. Una alternativa que podríamos tener es el cardo mariano, que es una planta que contiene silimarina, con actividad antioxidante, antiinflamatoria, y hepatoprotectora, siendo eficaz para prevenir el daño hepático provocado tanto por el alcohol como por otras sustancias. Y si no, como se titula un conocido grupo en facebook y de ahí el título: “Noches de desenfreno, mañanas de ibuprofeno”, pero siempre con algo de comida en el estómago para intentar no agravar la irritación en la mucosa gastrointestinal, y si puede ser con un protector gástrico previo, mejor que mejor.
¡Buen fin de semana!