Mientras persiste la polémica de si el frío está asociado o no a los resfriados, lo cierto es que estos hacen más acto de presencia con las bajas temperaturas. Como estamos en diciembre, no está de más ver cómo podemos defendernos de los más de 200 virus diferentes que son capaces de provocarnos un RESFRIADO.
Estos virus se contraen por contacto directo con las diminutas gotas en suspensión que el portador expele al hablar o estornudar, o por contacto con objetos en que éstas se depositan. Por eso, aunque es normal sufrir entre 2-3 resfriados anuales, y fumadores, personas con problemas de malnutrición o quienes sufren rinitis alérgica, son más propensos a coger un resfriado; son los niños las principales víctimas, duplicando la media (aparte de que su sistema inmunitario aún está en fase de madurar).
Los principales síntomas de un refriado afectan a las vías respiratorias altas, y desgraciadamente, creo que todos los conocemos: congestión, estornudos, mucosidad abundante, fiebre moderada, dolor de cabeza, dolor de garganta, debilidad, algunos dolores musculares y articulares, ojos irritados y llorosos…pero sobretodo: flujo nasal y tos (seca o productiva). Suelen durar unos 7 días, según sean las defensas del paciente y la virulencia del agente desencadenante.
¿Qué podemos hacer ante tal hecatombe?
El quid de la cuestión está en prevenir. Algunos consejos para evitar este contagio son:
– Ventilar la casa a diario.
– Utilizar pañuelos de un solo uso (decid adiós al pañuelo de tela del abuelo).
– Las manos transmiten mucho, hay que lavárselas a menudo y evitar que otros usen la misma toalla.
– Beber muchos líquidos: agua en abundancia, infusiones (endulzarlas con miel), zumos de tomate y/o zanahoria.
– Tomar vitamina A y vitamina C, esta última la podemos encontrar en naranjas, limones, kiwis, pimientos, verduras de hojas verdes y oscuras.
– No fumar y no beber alcohol (siempre es una buena ocasión para dejar de fumar).
– Si está cerca de una persona resfriada, no tocarse la nariz ni frotarse los ojos.
– Limpiar los objetos de uso habitual con desinfectantes ¡los rinovirus pueden sobrevivir hasta 3 horas fuera de la mucosa nasal!
– Puede ser necesario algún estimulante para reforzar el sistema inmunitario como la Jalea Real o el Própolis, con alto contenido en vitaminas y minerales, u otros como la miel, el eucalipto o el regaliz.
– Si tenemos el cuerpo destemplado, antes de acostarse tomar un plato de sopa caliente o un vaso de leche caliente con miel (éste se lo dedico a mi hermano ;P).
– Evitar salir a la calle con el pelo mojado.
– Y ¡mantener los pies calientes!
Una vez que hemos llegado tarde, el tratamiento perfecto es armarse de paciencia, e intentar paliar los síntomas, previniendo así posibles complicaciones. Para ello tenemos:
– Antipiréticos y analgésicos: para bajar la fiebre y aliviar el dolor de cabeza y muscular.
– Antitusígenos: para la tos.
– Expectorantes: para ayudar a fluidificar y facilitar la expulsión de moco.
– Descongestionantes nasales: liberan la mucosidad de las vías nasales y reducen la congestión. Son muy recomendables los naturales como el suero salino o el agua de mar.
¡NO AUTOMEDICARSE! Ni administrar a los niños menores de 2 años medicamentos anticatarrales o antitusivos sin que el pediatra lo determine, ni mucho menos antibióticos o aspirina.
¿Y ante la GRIPE?
Además de las medidas anteriores, es importante el reposo en cama, no queda otra.
La mejor medida de prevención es la vacuna antigripal, sobre todo para grupos de riesgo, siempre bajo indicación médica. Es segura, eficaz, y puede además evitar otras complicaciones derivadas de la gripe como pueden ser neumonías, bronquitis, otitis o sinusitis.
¿Cuáles son estos grupos de riesgo?
– Mayores de 60 años
– Personal sanitario
– Trabajadores al cuidado de los mayores y personas que conviven con ellos
– Mujeres embarazadas
– Menores de 60 años con riesgo de complicaciones o alguna enfermedad crónica como: enfermedades cardiovasculares o pulmonares, enfermedades hepáticas o renales crónicas, metabolopatías crónicas, enfermedades crónicas sanguíneas, neuropatías crónicas e inmunodeprimidos.
Espero que os sirva de ayuda, y yo que vosotros me abrigaría, por si acaso.
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Pues a mi la leche caliente me gusta sin miel ni chorradas.
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Jajaja, y para cenar, lo sé, por eso te lo dedicaba 😛
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Bueno, bueno, veo que ya estás a tope con esto!!.
Muy interesante lo que cuentas, seguiré regularmente tus consejos.
Ahora mucho ánimo y a triunfar!! 😉
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Muchas gracias Potato!tengo tus Ferrero encima de la mesa 😀