¡Lo tengo todo preparado! Me he mentalizado, quiero bajar esos kilos que me sobran para verano (aunque ya voy tarde porque el verano ya llegó), sé que hacer ejercicio es bueno, he conseguido sacar tiempo de donde no lo hay, me he comprado mi pulsera Fitbit Charge 2… ¡Ya está! ¡Voy a convertirme en runner!
Bueno, la verdad es que me parece una idea genial, estoy totalmente de acuerdo en que hacer ejercicio es bueno no, buenísimo, y siempre animaré a todos a realizarlo, ya que nos ayuda a mantener o mejorar nuestra salud, ¡pero ojo futuro runner! ¿Sabes cómo prepararte?
El “running”, o lo que viene siendo “ir a correr”, hace ya unos años que se puso bastante de moda, y ¡no me extraña! Aquellos que lo practicamos sabemos que engancha. Te hace sentir bien y es una forma muy económica de hacer ejercicio. Pero antes de lanzarnos a hacer cualquier deporte hay que saber que cualquier disciplina también puede implicar, junto a los beneficios, riesgos para la salud, como lesiones, sobre todo cuando se realiza sin la preparación o las medidas preventivas correctas.
El running es una práctica muy exigente a nivel físico, aunque no se realice de manera profesional. Por ello, si vas a empezar a correr, hay varios aspectos que debes tener en cuenta, antes de lanzarte a la carrera:
- Chequea tu estado de salud antes de empezar. Muchos corredores sufren patologías previas cuya existencia desconocen y que un deporte ejecutado sin control puede agravar. Antes de iniciarte en la práctica del running, acude a la consulta de un especialista en Medicina de la Educación Física y el Deporte para comprobar tu estado general de salud. Te hará una exploración médica para ver antecedentes, posibles riesgos y es recomendable que te realice una prueba de esfuerzo para comprobar como responde tu cuerpo en esta situación.
- Sigue un plan de entrenamiento. Lo ideal es acudir a un entrenador personal o un profesional formado para que estipule la actividad y el plan de entrenamiento más adecuados a las circunstancias de cada corredor. Si esto no es posible, intenta que tu entrenamiento sea progresivo. Incluye una meta (que será la que determine tu forma de entrenar). Sé constante e incrementa su intensidad de manera gradual.
- No olvides el calentamiento y los estiramientos. Los ejercicios de calentamiento deben realizarse antes de comenzar a correr y son esenciales para evitar lesiones, ya que preparan al cuerpo para la posterior actividad. Por eso, deben consistir en movimientos activos que exijan cierto esfuerzo físico. Al mismo tiempo, hay que estirar la musculatura que mayor implicación tiene en la carrera, como las piernas, la pelvis, la cadera y la zona lumbar y abdominal.
Por otra parte, tras acabar de correr, el runner no debe cesar la actividad física inmediatamente, sino que ha de trotar o caminar a buen paso (hasta casa por ejemplo) y después, realizar una serie de estiramientos.
Además, los días de descanso entre los entrenamientos constituyen una fase fundamental para que el cuerpo se recupere del esfuerzo realizado. Se pueden aprovechar estas jornadas para practicar otras disciplinas deportivas como la natación o la bicicleta, que permiten al cuerpo seguir entrenándose, al tiempo que las articulaciones y los músculos o tendones más sobrecargados reposan y se recuperan.
Y por último, no olvides que los deportistas deben dormir entre siete y nueve horas diarias. Con este correcto descanso y una buena alimentación recuperarás toda tu energía.
¿Cómo debe ser la dieta del runner? Eso os lo cuento en el próximo post 😉 .
Fuente: cinfasalud.com