por nuriaribeiro
0 Comentarios

Resistencias antimicrobianas

¡Hola blogticarios!

Quiero comenzar este año intentando sensibilizar a mis clientes de la farmacia y a todos aquellos que me leéis sobre las graves consecuencias que puede tener un mal uso de los antibióticos.

Acabo de leer una noticia del último Eurobarómetro sobre resistencia antimicrobiana y los datos son preocupantes: la OMS y el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades estiman que las bacterias resistentes a los antibacterianos son responsables en Europa de alrededor de 400.000 infecciones, generando 2,5 millones de días adicionales de hospitalización y, lo que es peor, 25.000 muertes por año.

Me parece un problema de naturaleza multifactorial, ya que implica a administraciones públicas, laboratorios… Y a todos los sanitarios, entre los que me encuentro. Por ello quería transmitiros la importancia de no tomar antibióticos innecesariamente. Con esto no quiero decir que esté en contra de ellos, por supuesto que no. Es evidente que hay veces que son totalmente necesarios, pero es cierto que se ha abusado mucho de ellos y que en muchos casos se deben evitar, como por ejemplo cuando la infección es provocada por un virus, donde el antibiótico es totalmente inútil, y además facilitamos la selección y proliferación de bacterias resistentes al antibiótico que hemos utilizado de forma improcedente.

Me encuentro a lo largo de mi día a día con personas a las que les parece mal que en la farmacia “pidamos receta” a la hora de dispensar un medicamento antibiótico, o mucho peor, un medicamento que entre sus componentes lleve alguno que sea antibiótico. Y ya si el medicamento en cuestión no entra por la Seguridad Social, que pidamos una prescripción médica es incomprensible, parece que “intentamos fastidiarles” o que “no queremos dárselo a ellos” por algún tipo de razón oculta… Y nada más lejos de la realidad. Además de que actualmente para su dispensación, por ley, es obligatoria la receta médica (allá la conciencia de cada uno, y espero que no le pille una inspección porque la multa que le pueden poner es considerable), lo que intentamos es que la persona acuda al médico para que confirme o valore si realmente se necesita un antibiótico para curar en ese momento el problema que el paciente pueda tener, por su bien.

Sabemos que muchas veces cada uno se conoce a sí mismo y que puede que realmente necesite ese medicamento para mejorar, porque le ha pasado en otras ocasiones, por ejemplo. Pero también sabemos que la persona se puede confundir, porque hay enfermedades que cursan con síntomas muy parecidos y podemos pensar que es lo de siempre, y resulta que no, que es algo totalmente diferente.

Por ello debemos saber qué son las enfermedades infecciosas. Las enfermedades infecciosas son aquellas provocadas por microorganismos, que pueden cursar con muy diversos signos y síntomas, y cuya importancia varía en función de numerosos factores. Solo el médico y el dentista (o el veterinario en el ámbito de la salud animal) están cualificados para diagnosticar y prescribir el tratamiento de las enfermedades.

Los microorganismos causantes de enfermedades (patógenos) pueden ser de muy diversa naturaleza: bacterias, hongos, protozoos, virus, parásitos, etc. Solo las infecciones provocadas por bacterias pueden ser tratadas con antibióticos, y cada especie de bacteria patógena responde de forma diferente a los diversos antibióticos disponibles; por ello, cualquier antibiótico no vale para cualquier infección bacteriana.

Muchas infecciones comunes son provocadas por virus (como la gripe o el resfriado), por parásitos (como el paludismo), o por hongos (como la candidiasis). La utilización de antibióticos para tratar estas infecciones de origen no bacteriano, no solo no cura la enfermedad sino que, como ya he comentado, además es capaz de provocar efectos adversos y facilita la aparición de resistencia antimicrobiana.

¿Qué es y por qué aparece la resistencia antimicrobiana?

Es un fenómeno biológico muy complejo por el que algunos microorganismos se vuelven resistentes a la acción de uno o más tipos de medicamentos antimicrobianos. En las infecciones provocadas por bacterias, algunas especies (o cepas) se vuelven resistentes a los antibióticos, impidiendo con ello el efecto antiinfeccioso de estos.

El gran problema de todo esto es que cada vez son menos las opciones para tratar las infecciones, por lo que es preciso recurrir a antibióticos de reserva, generalmente tóxicos y que requieren cuidados especiales para su administración, incluso algunas bacterias se vuelven multirresistentes, siendo la causa de la muerte de muchos pacientes.

Además de este desastre humanitario (se calcula que provoca cerca de 700.000 muertes al año en todo el mundo), el coste económico de la resistencia antimicrobiana ha sido cuantificado en cientos de miles de millones de euros: bajas laborales, incremento del gasto sanitario… El principal factor que puede ser evitado en el origen de esta resistencia antimicrobiana, es el mal uso de los antibióticos.

¿Cómo se difunden?

Las cepas de bacterias resistentes se difunden a través de diferentes vías, pudiendo infectar a cualquier persona. Las bacterias resistentes son transportadas por personas o animales que contagian a otras a través de medios diversos: aire, agua, contacto físico o alimentos.

¿Cómo se previene?

Estos son unos consejos sobre lo que hay que hacer y lo que no hay que hacer, que hemos realizado para informar a nuestros clientes:

antib_SI antib_NO

Fuente: www.portalfarma.com -“Uso prudente de antibióticos”; www.fip.org –“Fighting Antimicrobial Risistance, the Contribution of Pharmacists”; Revista Farmacéuticos nº422 (dic 2016).


por nuriaribeiro
0 Comentarios

Feel young. Age slow.

¿Quién quiere envejecer? Dudo que ante esta pregunta alguien me diga: ¡yo! A nadie le gusta ver cómo actúa el paso del tiempo en general. Nuestro cuerpo va aceptando los cambios que surgen con la edad, pero a todos nos gustaría tener una varita mágica para que a partir de, por ejemplo, los 25, todos los años volviéramos a cumplir 25 otra vez (de hecho tengo alguna amiga que lo dice 😉 ). Al final del día estamos más cansados, empleamos más tiempo en hacer lo que antes tardábamos un periquete… ¿Y nuestro aspecto? Pues aunque a veces veamos fotos de hace años y pensemos: “somos como el vino, hemos mejorado con la edad”, lo cierto es que nuestra piel va acumulando una serie de factores que hacen que nuestra juventud se vaya escapando poco a poco.

Hoy quería hablaros de la nueva crema de Vichy: Slow Age, que trata de evitar que todos estos factores que hacen que envejezcamos nos afecten. Se trata de un tratamiento corrector diario de los signos de la edad en proceso de formación.

Actúa de dos formas:

  • Protegiéndonos. Todos sabemos ya que el sol es uno de los principales causantes del envejecimiento de nuestra piel. Slow Age tiene un FPS de 25, lo cual me ha sorprendido muy gratamente, porque pocas cremas de tratamiento llevan una fotoprotección tan alta, y si la llevan, no he probado ninguna con una sensorialidad tan buena como esta.slowage
  • Previniendo la aparición de los signos de la edad y corrigiéndolos día tras día. Gracias al poder de tres ingredientes naturales: la raíz de Baicalina, una planta con propiedades antioxidantes, utilizada en la medicina china desde hace más de 2000 años; derivados de probióticos bifidus, que refuerzan la barrera cutánea y ayudan a disminuir la sensibilidad de la piel; y el agua termal de Vichy, pura y rica en 15 minerales, y que posee propiedades calmantes, fortificantes, reequilibrantes y regeneradoras.

Todo un desafío en formulación que combina a la perfección placer con protección. Ya hace unos meses que está en el mercado y he tenido la suerte de poder probarla recientemente. Al aplicarla vemos que es un fluido fresco y cremoso con un acabado aterciopelado gracias a la sílice, que deja esta sensación en la superficie de la piel. Tiene una fragancia floral, muy similar a las que utiliza Vichy en su línea Idéalia que huele tan bien. Y la mezcla de ceras específicas optimiza la absorción del producto por la piel. La sensación que te deja es de piel confortable, flexible y fresca.

La presentación es en un frasco “tipo sérum” con dosificador, pero podemos utilizarlo tanto como sérum antes de nuestra crema de tratamiento, como después de un sérum a modo de crema de tratamiento o solo. Un poco a nuestro gusto, porque lo que intentaremos conseguir con ella es ralentizar el envejecimiento de la piel. ¿Quién puede utilizar entonces Slow Age? Yo diría que a partir de los 25 años todo el mundo que quiera ir más allá de la hidratación básica.

El laboratorio, tras realizar sus ensayos, nos afirma que al cabo de un mes mejoran nuestros signos de la edad, y al cabo de dos meses la apariencia de la piel es más suave, saludable y fuerte.

Slow Age es apto para todo tipo de pieles, incluso las sensibles. Está testado en pieles sensibles bajo control dermatológico y tiene una gran tolerancia. Es hipoalergénico y no comedogénico, aunque la piel queda bastante jugosa y si tenéis la piel grasa creo que existen cremas más recomendables para vuestro tipo de piel.

Si sois personas concienciadas con vuestra salud y bienestar, os preocupa la radiación UV, la polución, el impacto del estrés, la alimentación, las alteraciones del sueño, el tabaco y la fatiga, creo que dentro de las recomendaciones que os haría están:

  • Comer sano
  • Dormir bien
  • Realizar ejercicio físico
  • ¡Y Slow Age!

Para todos aquellos que queráis probarla, disponemos de muestras en la farmacia.

metodo-slow

Fuente: www.vichy.es